Que son los celos?

La frecuencia con que los celos desdeñan el orden sensato de la razón, confirma su pertenencia al conjunto de expresiones emocionales virulentamente intensas e incluso devastadoras.

Como la gran pandilla de las emociones terribles, con naturalidad extraordinaria los celos se asocian, al enojo, la ira, el desprecio y el odio, sometiendo a quien los padece a trances que pueden provocar desde una discusión agreste hasta un ataque  mortal.

Vayamos por partes.

Sucedió alguna vez en un programa de radio, la conductora lanzó la pregunta a 5 psicólogos invitados que, dicho sea de paso, no tenían relación amistosa o profesional entre sí, no se conocían, es decir, no había forma que acordaran previamente el contenido de sus opiniones.

-Qué son los celos?

Alguno tomó la palabra y dijo: Los celos son la proyección subconsciente de un impulso homosexual.

“Con peras y manzanas, por favor”, súplica de la conductora,en busca de una explicación docta y clara.

Uno de los invitados dijo, se entiende mejor con el ejemplo, si un hombre camina por la calle junto a su compañera sentimental al tiempo que otro hombre le sonríe a ella y el hombre en cuestión siente celos y se molesta, la molestia que experimenta no es porque aquél le sonrió a ella sino porque aquel no le sonrió a él.

La conductora se dirigió a los invitados y preguntó: Todos coinciden con esta definición?

La respuesta sin duda y con contundencia confirmó el consenso.

Dejemos a esa pareja imaginaria del ejemplo sin deshacerla en la mente, la retomaremos después.

La naturaleza de los celos parece mala broma y no lo es.

La confusa razón o sin razón de los celos, ofrece una rara oportunidad para emprender el intento por encontrar el hilo negro.

Puesto el reto, que fluya entonces la curiosidad para buscar los tres piés al gato.

Quizá el momento en que hombres y mujeres experimenten, sin saberlo, el gusto por el mismo sexo, ocurre frente al espejo en el momento justo en que se visten y peinan para salir a la vista de todos.

La elección de la vestimenta, aditamentos, colores y peinado concluye con el gusto de sí mismos y en consecuencia la aprobación. 

No hay más, tras la última mirada al espejo, está la aprobación: Me gusta como me veo, el hombre dice del hombre y la mujer de la mujer, el gusto por las características del mismo sexo.

Aún si no se gustan así mismos, hombre o mujer, está en su imaginario la visión de cómo si les gustaría verse, hay al fin y al cabo, el gusto del hombre por el hombre y de la mujer por la mujer.

Actividad cotidiana a la que nadie escapa.

 Muy remotamente se podría suponer que la mujer y el hombre sean conscientes de que esta mañana como todas las anteriores sintieron gusto por el aspecto de un ser de su mismo sexo, así sean ellos mismos.

Regresemos a  esa pareja imaginaria, mencionada en el programa de radio, que se topa con la sonrisa de un extraño a la compañera sentimental.

Desde la perspectiva del arreglo personal, cuando el afectado ve la sonrisa del desconocido hacia su mujer, diría: Tan bien que me arreglé hoy y este tipo en lugar de dirigir su sonrisa hacia mi, le sonríe a ella.

Ahora que la Compañía Nacional de Ópera escenifica la obra del celoso por excelencia, Otelo, basada en la historia escrita por Willian Shakespeare, cabe la pregunta: Será posible vislumbrar en los entresijos de la trama, el concepto que la psicología acepta sobre los celos?

Tomando en cuenta que Shakespeare fue un conocedor profundo de la condición humana y a partir de su saber generó obras de gran dramatismo por medio de personajes notables, es de suponerse que  algo debía, por lo menos, sospechar del origen de los celos.

Por supuesto que los celos del moro veneciano, Otelo, habría que matizarlos para reconocer   un impulso homosexual subconciente al reclamar a Desdemona su supuesto amorío con un militar, porque -de acuerdo con la psicología- su inconformidad se explicaría a partir de que un militar en lugar de pretenderlo a el, pretende a su esposa.

El origen de La emoción más álgida de Otelo que lo lleva a convertirse en asesino, tendría que ver con un impulso homosexual subconsciente antes que por las insidiosas intrigas que le inyecta Yago

Punto a explorar en la profundidad de las escenas de este Otelo dirigido por Luis Miguel Lombana en el Palacio de Bellas Artes.

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Autor: Miguel de la Cruz

Miguel de la Cruz, el único periodista de cultura con una trayectoria de más de 30 años en televisión. Egresado de la Licenciatura en Comunicación por la Universidad Autónoma Metropolitana y colaborador de Canal Once desde diciembre de 1989 hasta la fecha. Recibió el Premio Nacional de Periodismo Cultural por parte de la Universidad Autónoma de Yucatán y la plataforma de periodistas culturales Manos libres en el marco de la Filey y el Premio de Periodismo Cultural Fernando Benítez que entrega la Universidad de Guadalajara en la Feria Internacional del Libro de esa ciudad.

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2 Comentarios

  1. Los celos, se manifiestan cuando crees que alguien te pertenece y por ello solo debe verte, amarte y pensarte, solo a ti. Me parce que los celos se relaciona no con el amor a otra persona; si no con la exacerbado amor propio.

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  2. Otro punto de vista de los celos

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