Celso Piña a China migueldelacruzcultura.com
Por fin se me cumplirá mi sueño, dice Celso Piña, al tiempo que sonreía.
En un rectángulo de paredes de madera, camerino improvisado a la izquierda del escenario del Salón Los Ángeles.
Afuera un grupo mayoritariamente de jóvenes veinteañeros, desde las 8 de la noche han bailado y bebido, en torno a un grupo que canta hip hop, rock y de todo.
Al término, una banda, en medio de todos emprende el ataque contra el silencio, la concurrencia espera la presentación de Chico Trujillo.
Finalmente, aparece un ejército de músicos, como si el punto de reunión fuera la playa, llevan camisas coloridas y mas de tres portan bermudas. Al fin, salta al centro de ellos un hombre con sombrero, lentes oscuros y frondosa barba blanca, él es Chico Trujillo.
La fama lo acompaña, líder del grupo que interpreta cumbia chilena, rock, salsa, bolero y todo ritmo que encuentre nexos con los sonidos de su repertorio. Desde hace 4 años viaja con regularidad a México, país que agrega a su gira por Europa.
Mientras tanto, Celso en su camerino angosto, escucha y responde
¿Qué presentas hoy en Los Ángeles?
Antes de contestar agradece la entrevista y, palabras más, palabras menos, comenta que él y su grupo La Ronda Bogotá, tocarán temas de su disco más reciente y sobre todo, lo que siempre pide la gente.
Al siguiente día estaría en Monterrey para asistir a un programa de una televisora local y quedan pendientes presentaciones en Bogotá y Venezuela.
En alguna parte estará su acordeón y su disco más reciente, las playeras que llevan rotulado el nombre de su grupo.
La alegría que ahora lo mueve es que por fin irá a Asia, el prefería llegar a Japón, pero su destino habrá de ser China en el mes de octubre.
La pregunta se impone ¿A ver como bailan los chinos no?
Responde al tiempo que reflexiona… Fíjate que cuando fui a Marruecos nadie bailó, todos estuvieron ahí, llenaron el teatro, escucharon pero no bailó nadie.
Un regiomontano que toca cumbias con el tinte norteño del acordeón, tiene su mérito al llegar hasta donde nadie habla su idioma, para hacer sonar lo que aquí pone a bailar a todo mundo.
El rebelde del acordeón sigue hechizando al público con su música y ahora espera hacer eco en la gran muralla.
16 agosto, 2015
La perseverancia y tener la visión de donde se quiere llegar; felicidades. Excelente artículo.
16 agosto, 2015
muchas gracias
14 agosto, 2015
El trabajo de muchos años, tiene su recompensa.
Enhorabuena!!