Mago de luz y sombra, hace arte en jícaras
Sus obras se reconocen en el detalle. Unos segundos de observación permiten sin esfuerzo, descifrar espacios y figuras que surgen al reproducir un momento de la realidad captado con la cámara de su celular y algunos momentos de su imaginación. Carlos López tiene 23 años y nunca había estado en la ciudad de México, su lengua materna es el mixteco, aprendió español hasta entrar a la escuela. También lo aprendí, dice, al juntarme con los riquillos, luego explica que los que tienen dinero en Pinotepa, son los que se dedican al ganado. Su plática es justa, economiza palabras y aun así, su hablar es claro. Quise seguir estudiando, dice, pero llegué hasta secundaria, después ya no hubo dinero. De un tío aprendió a colectar jícaras, secarlas, tallarlas y pintarlas con un pigmento oscuro, para después, con el filo minúsculo de dos metales, encajados en mangos pequeños de madera, raspar pintura a la jícara y combinando claridad y sombras, obtener paisajes y figuras. Orgulloso muestra en su celular, la foto de su abuela matando una iguana, al tiempo que exhibe la jícara donde reprodujo la escena con algunos elementos agregados de su imaginación. Una obra elaborada con esa técnica, le valió ser uno de los artesanos ganadores del primer lugar del Gran Premio Nacional de Arte Popular, organizado por el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías. Su entendimiento contundente para armonizar luz y oscuridad en sus jícaras, evidencian dotes potenciales de artista visual de altos vuelos, es sin duda donde la generosidad de una beca abonaría en auténtico sustrato fértil.