Encuentro Nacional de Periodismo Cultural en Mérida

Ahora mismo ese cine, instalado en las entrañas del Centro de Convenciones Siglo XXI de Mérida, estará proyectando películas, sin embargo, en su historial ya cuenta con el registro de haber dado cabida a la gran función de la palabra, el pensamiento y la reflexión en torno al periodismo cultural en México.

La foto que introduce a este texto, captada entre la pantalla grande y primera fila, testifica que fuimos 30, imagen que juega el rol de los créditos al final de la película, ya que el fotógrafo en cuestión, dio click minutos después de que el maestro Humberto Musacchio concluyó su charla y con esto el fin del Encuentro Nacional de Periodismo Cultural en el marco de la Cuarta Edición de la Feria Internacional de la Lectura de Yucatán.

La serie de mesas comenzó con una conferencia de Javier Aranda y continuó con la participación de todos los que estamos en la foto y otros más que partieron antes del final, como Nicolás Alvarado y Nicolás Chapa, curiosamente cada uno con posiciones opuestas, mientras Alvarado afirmó no tener Twitter ni Facebook ni red similar posible, Chapa vaticinó la asfixia total del periodismo cultural, en caso de que no utilicemos las redes para ejercerlo.

Todos laboramos en el periodismo cultural y siempre contamos lo que vemos pero pocas veces intercambiamos experiencias con la reflexión de por medio. Aquí cada uno habló durante rigurosos 10 minutos y poca fue la oportunidad para las preguntas por parte de los asistentes, pero se debe enfatizar que es uno de los pocos encuentros de este tipo y que tanta falta hacen.

Bienvenida la propuesta de Humberto Musacchio, que se pronunció porque se repitan estas reuniones con la variante de llevar a cabo talleres o cursos bien estructurados sobre variedad de temas, después de todo, hay mucho por aprender y un gran pendiente sigue exigiendo atención en el periodismo cultural.

Es imperioso hacer infinitamente atractivo el contenido propio del periodismo cultural, para lograr la mayor penetración posible de los contenidos de las expresiones culturales. Por más que se diga lo valioso, provechoso y benéfico de la actividad cultural para todo aquel que se acerque a ella, nadie puede saber de los efectos hasta ser partícipe. Y es que aquí como en ningún otro caso, un refrán encuentra su sentido más profundo y es que “Nadie experimenta en cabeza ajena”.