El lunes 23 de agosto a las 9:28
Llegó un mensaje por Whatasapp, Paola Tinoco pedía confirmación de la llegada de un envío que incluía dos libros.
En efecto, dos libros habían llegado, uno de estos con sobria portada negra, y diminutas letras blancas que dicen: Laboratorios en la selva, y con letras verdes más pequeñas, el nombre de la autora, Gabriela Soto Laveaga y un enunciado que concentra la esencia de la investigación: Campesinos mexicanos, proyectos nacionales y la creación de la píldora anticonceptiva.
Ahí quedó todo con la intención de concretar entrevista y difusión más adelante.
Seis días después.
Domingo 29 de agosto 16:00 hrs.
En medio de la revisión de la agenda de lunes, entre los pendientes aparece la programación de la Feria Universitaria del Libro de la Universidad Autónoma de Hidalgo, anuncia a las 15:00 hrs. del 30 de agosto, la presentación del libro, Laboratorios en la selva y decía lo siguiente:
“El barbasco, tubérculo que crece en el sur de México y que en 1940 se descubrió que servía como materia prima para desarrollar hormonas sintéticas esteroides que, a su vez, sirven para crear medicinas como cortisona y las píldoras anticonceptivas”.
Envío de inmediato mensaje por Whatsapp a Paola Tinoco, dice más o menos así “…me hubieras dicho de Gabriela Soto para entrevistarla y pasarla en el noticiario matutino para que la gente se entere que a las 3 de la tarde presenta su libro…”
De pronto, caigo en cuenta que sobre ese libro era el mensaje del 23 de agosto y escribo “corrijo, si me dijiste pero ya no quedamos en nada”.
En 10 minutos Paola contacta a Gabriela y desde México hasta Estados Unidos, estábamos contactados.
Grandes lentes de moldura negra y esbozo de sonrisa después de comentarle que Laboratorio en la selva Campesinos mexicanos, proyectos nacionales y la creación de la píldora anticonceptiva editado por el Fondo de Cultura Económica es un largo título que ilustra sobre el contenido pero…¿De que trata este libro?
Gabriela con evidente amabilidad responde
-Muy poca gente sabe que la píldora anticonceptiva no solo fue creada en México sino que fue un tubérculo del sureste del que se extrajeron sus componentes y de 300 medicamentos, entre estos, la cortisona, con lo que se pudo producir comercialmente.
Mientras Gabriela Soto estudiaba un doctorado en la Universidad de San Diego, visitó por unos días la Ciudad de México, asistió entonces a una conferencia en el Herbario Nacional, ahí un comentario del ponente prende su curiosidad
“Es muy curioso que en este país donde aún tenemos un problema de natalidad, aquí es donde se creo la píldora anticonceptiva”
Descubrimiento total para la investigadora, así que al regresar a San Diego, entró a la biblioteca y corroboró el dato. Cuenta entonces hasta donde llegó su hallazgo.
“Y de ahí sale la idea que se convirtió en tesis doctoral y después en el primer libro”.
Historiadora de la ciencia recibió apoyo de especialistas de la UNAM para entender procesos químicos y botánicos.
Gabriela Soto Laveaga cuenta que en el pasado, hubo una búsqueda internacional intensa a fin de descubrir un procedimiento que sintetizara hormonas esteroides fuera del cuerpo humano, descartaron encontrar lo que buscaban en el reino animal y emprendieron la búsqueda en el reino vegetal.
“El libro va desde ese momento hasta como un químico norteamericano llega Veracruz y utilizando señas, porque no hablaba español, le ayuda un señor de una tienda de pueblo, encuentra el tubérculo y revolucionan el mundo de la medicina”
Lo importante, dice, Soto Laveaga, es que “…muchas veces cuando hablamos de descubrimiento o innovación científica, solo pensamos en los científicos que están dentro los laboratorios y no en las conexiones sociales…”
Precisamente el libro, Laboratorios en la selva, editado por el Fondo de Cultura Económica, se enfoca en los campesinos mexicanos de Chiapas, Veracruz y Oaxaca, dedicados a la extracción del barbasco y que durante un tiempo hicieron llegar este tubérculo a laboratorios transnacionales.
Desde la década del 40 hasta la del 70, México fue el gran productor de este elemento natural y foco de atención del mundo médico.
El libro cuenta en sus 352 páginas, divididas en 12 capítulos “vida y milagros del tema” e incluso, destaca que el gobierno de Luis Echeverría creo una paraestatal a fin de explotar el tubérculo pero para entonces era demasiado tarde, las farmacéuticas habían encontrado ya otras maneras de extraer la sustancia requerida.
Una historia que hace parecer que México se sacó la lotería y otros cobraron el premio.
18 mayo, 2022
Buenas tardes mi estimado Miguel. La curiosidad acompañada del espíritu de la investigación médica, de mi formación inicial propicia el conseguir éste maravilloso libro. Tenía idea de ese tubérculo ya que era usado por las chamanas para evitar embarazos no deseados, volvió ese recuerdo. Gracias 😊 lo leeré. Un fuerte abrazo 😘 saludos sororos
19 mayo, 2022
Que bueno que esto abra una posibilidad de lectura provechosa. Saludos