La Feria del Libro de Minería le queda chico el Palacio

Crucé la puerta del Palacio de Minería bastantes minutos antes de la hora de la cita, nada me detuvo, hasta que una voz que pronuncio mi nombre, me entrego un pegote rosa mexicano que gritaba en letras negras PRENSA, parecería el pasaporte al sitio mismo de la noticia, la inauguración de la trigésima sexta edición de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, pero no, la realidad cobró forma en el primer intento de entrar a la sala donde tendría lugar la ceremonia. El otorgamiento del pegote PRENSA, sin solicitarlo, muestra de buena voluntad, la puerta cerrada, muestra de la carencia de espacio. Amabilidad avergonzada revestía a los responsables de abrir o cerrar el paso y así nos enviaron a los rechazados a La capilla, salón alternativo cercano al sitio principal, ahí periodistas de muchos medios vimos por televisión lo que a un lado ocurría ¿Qué había más allá de los márgenes de la pantalla? Imposible saberlo. A la feria de libro le queda chico el Palacio de Minería con todo y sus propiedades arquitectónicas, que no son pocas, es un traje zancón y apretado que promete reventar las costuras y no da el ancho ni para las actividades ni para la inauguración misma. El niño ya es adulto e insisten en vestirlo de marinerito. Resulta contradictorio que una feria de libro genere tanta expectativa de PRENSA y público y los organizadores se vean en la penosa circunstancia de ofrecer dimensiones tan limitadas. La Feria de Libro de Minería ha generado un potencial que en la ciudad más grande del mundo podría ser una de las ferias más grandes del mundo, a la par de la Fil de Guadalajara. Podrá en algún momento la Facultad de Ingeniería de la UNAM, ingeniar una estrategia adecuada que aproveche la demanda y ofrezca óptimas condiciones de espacio? Ellos tienen la palabra, muchos están dispuestos a escuchar.

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Autor: Miguel de la Cruz

Miguel de la Cruz, el único periodista de cultura con una trayectoria de más de 33 años en televisión. Egresado de la Licenciatura en Comunicación por la Universidad Autónoma Metropolitana y colaborador de Canal Once desde diciembre de 1989 hasta la fecha. Recibió el Premio Nacional de Periodismo Cultural por parte de la Universidad Autónoma de Yucatán y la plataforma de periodistas culturales Manos libres en el marco de la Filey y el Premio de Periodismo Cultural Fernando Benítez que entrega la Universidad de Guadalajara en la Feria Internacional del Libro de esa ciudad.

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